Hace aproximadamente un año, Bentley dio a conocer una de las series de continuación, es decir, volver a fabricar vehículos del pasado, con todas las especificaciones y técnicas del pasado pero en el presente y de manera artesanal, la cual traería de nuevo a la vida al Bentley Blower de 1929.
La buena noticia es que la primera unidad de esta serie, limitada a 12 vehículos, ya fue terminada. De acuerdo con la firma británica, el llamado Car Zero de la nueva Bentley Blower Continuation Series, requirió un total de 40 mil horas de trabajo, así como la fabricación a mano de 1,857 piezas, a partir de los planos originales del modelo, de las cuales, 230 de ellas involucraron directamente al motor.
Esta hazaña fue posible gracias, en primer lugar, a un exhaustivo análisis de los dibujos de diseño y borradores del modelo original, y en segundo lugar a que los encargados de esta misión tuvieron la autorización de desarmar uno de los Blower originales propiedad de Bentley, el cual está considerado como una de las piezas más valiosas dentro de la colección de la marca, para escanear con láser todos sus componentes y crear un modelo digital.
Una vez recabada y analizada toda esta información, se integró un equipo de artesanos especializados en la materia para fabricar todas las piezas de este Car Zero, siempre utilizando técnicas tradicionales de Bentley. Desde luego que varias compañías también colaboraron para crear distintas partes de este clásico coche de carreras, en donde la mano de Mulliner se aprecia en varias partes de la carrocería.
Este proceso también está presente en el motor de 4.5 litros que se encargará de ponerlo en movimiento, el cual se fabricó tal y como se crearon los propulsores originales y que incluye pistones de aluminio, árbol de levas, cuatro válvulas por cilindro, cárter de magnesio y un sobrealimentador que permite extraerle 240 caballos de fuerza.
Pero no todo termina aquí, porque luego de su construcción, el Car Zero será sometido a un intenso programa de pruebas de durabilidad en las que se conducirá durante 8 mil kilómetros en un circuito y en condiciones similares a las de las clásicas carreras de la época, como la Mille Miglia o la Pekín-París, además de llevarlo a sus límites de velocidad.